sábado, 30 de abril de 2022

Encuentro Mingamar en Quintero

Cuentan que dijo un yeco

que le contó un piquero:

"Cincuenta humanos llegaron

a conversar en Quintero....

 

Llegaron desde Aysén,

de Coyhaique y del Chelenko,

de Viña y de Hornopirén

de la isla Juan Fernández

de Puerto Varas y Chiloé

de Copiapó y de Mantagua,

de Valpo y el Gran Santiago,

de Bogotá y de Rancagua.

 

Cuando del bus se bajaron

y exquisito comieron,

en círculo se sentaron,

sus objetos ofrecieron.

 

Desde el cielo los miraban

las gaviotas y los yecos,

y cuentan que en la mañana

llegó el chungungo a acogerlos.

 

Al entrar al océano

en los botes se subieron,

pa` ponerle rostro humano

al sufrimiento en Quintero.

 

Que el mar sea el auditorio

de los hombres y mujeres

guardianes del maritorio,

en defensa de los seres.

 

Escucharon testimonios

de la vida y resistencia

en zona de sacrificio.

Qué dura es su existencia!

 

Sintieron su gran dolor

y también algo de rabia.

¿Cómo honrar el valor

de una gente así de sabia?

 

El jueves, ya de cabeza,

explorando todas juntas,

un café de mesa en mesa

las más profundas preguntas.

 

En el juego de la vida

papas, cestos y lanitas

al instante se transforman

al tocar la campanita

en poder, altar y vidas.

 

En el círculo, otro circulo,

acá lo llaman pecera

develan sus tensiones

y unas lágrimas de pena.

 

Un momento de silencio

para irse muy adentro,

que el tiempo fluya muy lento

entre el mar y el firmamento.

 

A la mañana siguiente

se despiertan con el juego

malabares de la gente,

caos y orden vienen luego.

 

Josefina y su diamante

divergente y convergente

nos develan sus secretos

el crujido emergente

nos descubre sus misterios.

 

En Aysén, transición justa

Los bosques de macroalgas,

Bases de datos pelágicas,

organizar el apruebo,

defender ríos y esteros,

todo se vuelve posible

como por arte de magia

en el gran Espacio Abierto.

 

Ha llegado el gran momento

de la acción colectiva

sabia y colaborativa

al reunir cada elemento.

 

Está llegando la hora

de dar un paso al frente

para actuar sin demora

protegiendo el medioambiente.

 

El Juan Pablo y su guitarra,

con una gran emoción

canta a la agüita sagrada

abriendo su corazón.

 

La última noche juntos

Tiempo de celebración

Karen y su guarito

nos sorprenden con su ron.

 

Aquella última mañana,

en el círculo final

tiempo de volver a casa,

con la cosecha al hogar.

 

Muchas gracias Mingamar

por esa entrega total

por enseñarnos a amar,

un liderazgo integral,

liderar colaborando,

con alegría sincera,

es vivir facilitando

el arte de conversar,

con coraje celebrando

el arte de anftirionar.

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