lunes, 5 de septiembre de 2022

Rechazo

El pueblo ya no es El Pueblo.

La revuelta de octubre

ya no fue revolución.

 

El pueblo ha hablado,

ha votado obligado,

y ha rechazado

la nueva constitución.

 

Para unos un alivio,

para otros,

una gran decepción.

 

Así es la democracia.

Así es la historia pendular

la que escriben los pueblos,

con un poder secular.

 

El alma del pueblo herido

por el trauma colectivo

confiar ha preferido 

en el libre mercado

y no en un débil Estado

que lo tiene abandonado.

 

La tierra yerma

los ríos secos,

las paltas frescas,

las niñas tristes,

los bolsillos llenos.

 

En las cárceles los presos

rechazan sus nuevos derechos.

 

En el campo prefieren

el asado y el rodeo,

a la plurinacionalidad,

a la sintiencia y el roteo.

 

Mis ahorros,

mi casa propia,

mi futuro enrejado

en mi metro cuadrado,

por temor al otro diferente

al inmigrante, al delincuente,

al indígena y al  indigente.

 

Temían perder su vivienda,

sus fondos heredables

su himno, su bandera,

la unidad nacional.

Temores alimentados

por la sutil maquinaria

del poder del capital.

 

La utopía, al alcance de los dedos,

se evapora entre encuestas de opinión.

La casa de todos tenía y tendrá dueños.

El miedo, la mentira, el engaño,

la concentración de medios,

el algoritmo, la arrogancia,

el revanchismo, la política identitaria,

le ganaron esta vez

a la esperanza y a los sueños.

 

¿Acaso fue todo una efímera ilusión?

¿o tal vez la derrota necesaria

de toda una generación?

 

Las mayorías silenciosas

por tanto tiempo calladas

por temor a ser rechazadas

sacaron a una  la voz

y al unísono gritaron calladas

la palabra que las unió.

 

Así quedó deprimida

la élite progresista

ecologista y animalista,

con la esperanza ahogada

hundida en el charco

dejado por la burbuja

cognitiva en que se hallaba,

que estalló, definitivamente,

pero esta vez sin violencia

ni barricadas.

 

Los brotes no eran brotes.

Las flores quedaron marchitas

por una helada anunciada.

 

Los perros negros

con sus pañuelos rojos

se lamen ahora sus heridas

 

La derecha gana en Suecia

El neofascismo en Italia.

Además de la guerra en Ucrania.

Ahora que comienza un largo invierno,

algunos se preguntan

¿Cuándo llegará ahora la primavera?

 

Tantos ojos mutilados,

tantas vidas perdidas,

tanta sangre derramada,

tantas banderas al viento...

¿al final de qué sirvieron?

 

¿Quiénes se apropiarán ahora del Sentido común?

¿Quién gana cuando se gana?

¿Qué se pierde cuando se pierde?

¿Qué se rechaza cuando se rechaza?

¿En qué fundar ahora la esperanza?

 

¿Dónde quedó la profecía de las anchas alamedas?

¿Quién podrá ahora decir que tiene fe en Chile y su destino?

 

Una nueva fractura en esta angosta franja de tierra

rechazistas, apruebistas,

los del sesentaydos y los del treintayocho

todos toman asiento

para vivir este momento.

jueves, 1 de septiembre de 2022

Las brasas y el fuego



Dicen que donde hubo fuego,

grises cenizas quedan,

pero bajo estas canas

no es ceniza lo que queda,

sino unas ardientes brasas.

 

¿Quién podría imaginar

que a los cuarenta años de edad

vendría un viento a soplar

lo que queda de mis ascuas?

 

¿Quién podría imaginar

la pulsión vital del Eros

volviendo a despertar

reavivando este deseo?

 

¿Cómo no caer rendido

al gozo de cada caricia

en un abrazo sentido

susurrándome al oído?

 

¿Cómo puede ser pecado

amar, sentir, gozar, fluir,

sentirse vivo y amado

en esto que es el vivir

con un corazón alado?