domingo, 16 de septiembre de 2012

Conectando con el Sentido de lo que vivimos

Nuevamente, un invierno más se va, se cierra un ciclo y comienza otro. Es por tanto, un buen momento para volver la vista atrás, y conectar los puntos, descubriendo el sentido que conecta la cadena de acontecimientos que cobran viva a través de nosotros.

Durante este invierno terminamos dos bonitos proyectos de Glocalminds. Uno consistía en apoyar el impulso necesario para la certificación ambiental de escuelas municipales de Recoleta. Otro buscaba fortalecer la formación experiencial por medio de metodologías participativas de los agentes de desarrollo cultural local en el marco del Programa Servicio País Cultura del Consejo de la Cultura y de las Artes. Revisando la agenda de los últimos dos meses, me encuentro con estos hitos destacables:


  • Facilité un taller de trabajo en equipo para las monitoras de la Casa de Acogida de Misión Batuco.
  • Me reencontré con Paul Duba, experto estadounidense en aprendizaje experiencial de Outward Bound, que vino para facilitar unos talleres sobre liderazgo colaborativo.
  • Puse en contacto al experto en Innovación Pública Abierta Marcelo Lasagna con el HUB Santiago, para que compartiera su conocimiento con la comunidad del Hub.
  • Conocí al consultor brasileño Marcello Lacroix de Engenheria de Gente, con quien acudimos a una conferencia de Julio Olalla de Newfield. Después me acompañó a impartir una sesión sobre empatía para estudiantes del Laboratorio de Innovación Social de la UC. Con ellos comentamos el video de Jeremy Rifkin sobre la Civilización Empática y exploramos lo que plantean autores como Daniel Goleman, Otto Scharmer y Bill Drayton sobre la relación entre empatía y emprendimiento social.
  • Ayudé al Laboratorio de innovación social de la UC a trazar las primeras lineas de lo que será la Academia de Changemakers para América Latina.




Con la familia, hemos vivido ricos momentos en la Hostería El Copihue de Olmué, reímos con los cuentacuentos en Café Literario de Bustamante , disfrutamos de las obras de teatro infantil en la Biblioteca de Santiago, los títeres en el Teatro Municipal de Ñuñoa y Parque Bicentenario de la Infancia, y la naturaleza del Bosque Santiago y el Parque Forestal.


Para los próximos meses, en esta última recta de final de año, vienen las siguientes aventuras:

martes, 4 de septiembre de 2012

La Resurrección del Papagayo


 Comparto este inolvidable cuento del querido autor uruguayo Eduardo Galeano.

El papagayo cayó en la olla que humeaba. Se asomó, se mareó y cayó. Cayó por curioso, y se ahogó en la sopa caliente. La niña , que era su amiga, lloró.
La naranja se desnudó de su cáscara y se le ofreció de consuelo.
El fuego que ardía bajo la olla se arrepintió y se apagó.
Del muro se desprendió una piedra.
El árbol, inclinado sobre el muro, se estremeció de pena, y todas sus hojas se fueron al suelo.
Como todos los días llegó el viento a peinar el árbol frondoso, y lo encontró pelado. Cuando el viento supo lo que había ocurrido perdió una ráfaga.
La ráfaga abrió la ventana, anduvo sin rumbo por el mundo y se fue al cielo.
Cuando el cielo se enteró de la mala noticia se puso pálido.
Y viendo al cielo blanco, el hombre se quedó sin palabras.
El alfarero de Ceará quiso saber.
Por fin el hombre recuperó el habla,
Y contó que el papagayo se había ahogado
Y la niña había llorado
Y la naranja se había desnudado
Y el fuego se había apagado
Y el muro había perdido una piedra
Y el árbol había perdido las hojas
Y el viento había perdido una ráfaga
Y la ventana se había abierto
Y el cielo había quedado sin color
Y el hombre sin palabras.
Entonces el alfarero reunió toda la tristeza. Y con esos materiales, sus manos pudieron renacer al muerto.
El papagayo que brotó de la pena tuvo plumas rojas del fuego
Y plumas azules del cielo
Y plumas verdes de las hojas del árbol
Y un pico duro de piedra y dorado de naranja
Y tuvo palabras humanas para decir
Y agua de lágrimas para beber y refrescarse
Y tuvo una ventana abierta para escaparse
Y voló en la ráfaga del viento.