domingo, 3 de agosto de 2014

Abrazar la Luz y la Sombra



Viuda de negro perdida, Ángel negra luminosa.
Una despierta mi luz. Otra despierta mi sombra.
Y esa pasión sin culpa, esa ternura sin juicio,
transgresión y travesura del deseo sin palabras
todas danzan en paz sin mirar ni tocarse.

Su luz enciende mi luz. Su sombra aviva mi sombra.

De pronto, en un abrazo, somos seis que respiramos
Mi luz y su sombra, Tu sombra y su luz
Mi sombra y tu luz, luz y sombra nuestra.
Y las seis se funden en un instante de olvido memorable.
Trampa para una, sanación para otra.

Sanadora, vidente, aprendiz y maestra.
En el ojo del huracán reside la calma,
en el ojo del jaguar reside el misterio.
Guerreras del fuego, amantes del agua,
hechiceras del aire, diosas de la tierra.

Bendita la tierra que pisan vuestros pies,
bendita la tribu ancestral que nos une,
bendito el entramado que tejemos día y noche,
bendito el perdón que no llega,
bendita la sal sobre la herida abierta.

Precisión de palabra, templanza de esclava,
energía desbocada, orisha liberada,
poder de espada, ofrenda sagrada,
elijo cuidar vuestro altar intocable,
honrando en silencio, elegancia y coraje,
de cualquier sacrilegio o sortilegio.