miércoles, 13 de febrero de 2019

De pronto un abismo


De pronto,
un abismo entre los dos.
De pronto,
una barrera de silencio.
De pronto,
ya no somos uno ni dos,
sólo uno más uno,
solos uno sin otro,
solo cada uno,
menos que uno solo.

De pronto, ya no tenemos
nada que decirnos
nada que tocarnos
nada que hacer,
nada que esperar.

De pronto, nada queda.
No más deseo,
no más placer,
ni siquiera dolor,
ni siquiera un suspiro,
ni siquiera un lamento,
ni siquiera silencio.

De pronto descubrimos
lo que en el fondo
siempre supimos,
que lo opuesto al amor
nunca fue el odio,
sino la cruel,
implacable,
maldita
indiferencia.

"Uno de los dos deseos
es una ilusión"
-me decías en sueños.
Y tenías razón,
Reina de mi castillo de naipes.
Ya nada importa.
Ahora, todo seguirá igual.
Pero nada será lo mismo.

Mi cuerpo animal
ya no sentirá la dopamina
porque en el fondo sabe
que ya no hay premio
al final del camino.

Mi alma humana
no conocerá la esperanza
porque en el fondo sabe
que ya no hay camino
que lleve a compartir tu destino.

No es posible perder
lo que nunca fue propio
ni tampoco extrañaré
lo que nunca fue mío.

A nadie perteneces,
a nadie.
Aunque a otro entregues,
alma libre, tus alas,
nunca nadie jamás
podrá poseerte.

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