Cuando llegó el momento de vivir,
sentí que solo quería morir.
Así que me puse a dormir,
para no tener que vivir.
Pero dormir me permitió soñar.
El anhelo de capturar los sueños
que soñaba entredormido
despertaron mis ganas de dibujar,
y los dibujos que soñaba despierto
encendieron mis ganas de escribir.
Y al darme cuenta de que tenía
tanto que soñar,
tanto que dibujar,
tanto que escribir,
me di cuenta
de que tenía toda una vida
que vivir antes de morir.
Bello!! Me llega al alma y a las penas, gracias, de nuevo!!!
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